Días de lacón y vino

Qué duda cabe que el lacón y el vino están profundamente unidos, ligados, y se complementan a la hora de sentarse en una mesa y degustar uno de los platos más abundantes, contundentes y ricos que tenemos en Galicia. Vino y lacón se acaban de hermanar a través de la iniciativa de dos paisanos míos que pertenecen, año arriba o año abajo, a mi generación. Un ingeniero y un economista han hecho posible que la excelencia del lacón, acompañado de grelos autóctonos, mantenga toda su esencia no en frascos pequeños sino en latas de conserva. Los dos estudiaron en la Universidad de Santiago ya que en nuestras épocas universitarias solo existía una Universidad y varios campos.
Dos ourensanos de dos buenas cosechas, 1947 (que es la mía) y 1950, han hecho posible que en todo el mundo se pueda degustar un buen lacón al abrir una lata como si de unas sardinas o mejillones se tratase. Manuel Gómez-Franqueira Álvarez (Coren) es hijo del gran empresario que creó un imperio cooperativo con pollos y huevos, y José María Fonseca Moretón (Terras Gauda), es hijo de un matrimonio que tuvo un papel muy destacado en la sanidad ourensana.
Una iniciativa muy pionera que tendrá continuidad en la hija y el hijo, respectivamente, de los dos presidentes de las empresas alimentarias que han hecho posible un proyecto de estas características. No me gustaría terminar mi comentario sin recordar también a otro paisano de adopción ya fallecido, José Posada, que aunque nació en Vigo hizo posible que las castañas ourensanas, con las que se alimentan los cerdos que cría Coren, estén en todo el mundo gracias a su “marrón glacé”.
Para que la fiesta gastronómica de lacón y vino sea completa en el interior de la lata –en la operación participa también el sector conservero–, se incorporaran patatas y chorizos autóctonos de nuestra tierra. Me están entrando ganas de coger el abrelatas y degustar este manjar que concita el consenso unánime de los que lo prueban por primera vez. ¡Qué les aproveche!

Días de lacón y vino

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