Campaña en plasma y medios

upongo que los responsables políticos de los partidos que se presentan a las elecciones del próximo día 5 de abril estarán todos los días esperando las noticias de lo que pueda acontecer con la celebración de los actos multitudinarios de la campaña electoral. Soy de los que creo que el tema del coronavirus seguirá dando mucha guerra –los chinos van camino de los tres meses desde que se descubrió la infección– a lo largo de las próximas semanas y, por tal motivo, lo razonable sería que los mítines con simpatizantes portando banderas y banderolas fuesen suspendidos para no correr el riesgo de que la infección se siga propagando. Es necesario y políticamente correcto   oponerse a la expansión del virus. Esos mítines, con miles de personas arracimadas en torno al candidato, son el peor de los caldos de cultivo para ese patógeno que está causando tantos estragos y al que tenemos que contener entre todos. Un factor muy negativo si tenemos en cuenta, además, que los que acuden a los actos políticos y gratuitos, son de una media de edad alta y muchos de ellos cercanos a la tercera edad. Si las concentraciones de militantes, simpatizantes y curiosos son peligrosas para que el virus pulule por el ambiente, hay que decir que también lo es la denominada campaña de puerta en puerta, de boca a boca y de mano a mano, repartiendo folletos, dando explicaciones programáticas y presentando los proyectos que van a realizar, a la vez que los abrazos, los besos y los apretones de manos. En todas estas acciones perpetradas a menos de un metro el coronavirus se va a sentir a sus anchas…
¿Qué hacer entonces? Propongo una campaña limpia, sin contacto con los votantes de forma directa y masiva, para lo que sería necesario la utilización de los medios de comunicación orales y escritos y la difusión a través del plasma o del ordenador de los discursos de los candidatos. Todo esto tendría un coste económico que habría que imputar a alguien.
Y si esto no es posible -los medios querrán cobrar a tarifa y la política es la más cara-, que no haya campaña electoral o que se acorte al máximo. Soy de los que creo que el voto indeciso en Galicia no tiene la misma entidad que en el resto del Estado.

Campaña en plasma y medios

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