Competencia electoral

Una forma de ejercer el control cuando el poder se esclerotiza, cuando se sirve sólo a sí mismo, es la preocupación central por cercenar al rival. Es lógico que se pretenda derrotar al adversario, pero la forma de hacerlo tiene que ser ganándole la partida en el aprecio de los ciudadanos, dando soluciones realistas, y también con los proyectos más ilusionantes. Por eso, constituiría una negación del espíritu democrático ganar a base de socavar el trabajo de los demás. La hegemonía política que siempre tendrá en un régimen democrático un carácter temporal, no debe encumbrase prepotentemente por verse establecida sobre un yermo de ideas y de proyectos políticos. Tal situación es signo inequívoco de debilidad democrática, lo que se traduce en debilidad de la libertad y de la participación. Quien se dedica a la política debe jugar sus bazas, es obvio, pero no puede estar pendiente sólo de romper el espinazo político del adversario. Por el contrario, es menester buscar una respuesta más honda.

Competencia electoral

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