Autonomía e integración en lo territorial

La convivencia, la cooperación y la solidaridad son valores básicos de la Ética pública. Unos valores que hay que cuidar, que hay que proteger, que hay que promover. Por eso, lo que interesa es la organización del Estado como ámbito de convivencia de todos los que ocupan los solares del territorio, a sabiendas de que la convivencia sólo es posible teniendo presente la plena aceptación de la identidad y el ser de cada quien, no desde una aceptación resignada o simplemente pasiva, sino a partir de una aceptación comprometida y decidida en el fortalecimiento de cada entidad, de cualquier comunidad. Ahora bien, no se puede olvidar que son también constitutivos de las Entidades lo que en ellas haya de vinculante, o de común con otras, lo que nos permitirá comprometernos con toda entidad, con toda comunidad, en un contexto integrador.

En este marco, autonomía e integración configuran un ambiente de equilibrio que debemos buscar entre todos para cada etapa histórica. No la autonomía que olvida la integración -la convivencia, la cooperación, la solidaridad- porque acaba en particularismo, en diferencialismo. Tampoco contribuye al equilibrio una supuesta integración que menoscabe la legítima autonomía. Por eso el tan ansiado equilibrio que debe existir entre autonomía e integración no quiere decir autonomía tímida o integración moderada, sino que ambos términos se exigen mutuamente. La autonomía sin integración no es autonomía, sino disgregación; y la integración sin autonomía es uniformización, homogeneidad.

No me refiero solo a los entes o comunidades territoriales, sino a un contexto más general, que incluye ciertamente a la concepción misma del individuo, o a cualquier institución. En el ámbito territorial, ese equilibrio claro que es posible, pero para que se produzca ciertamente en el escenario público habrá de reinar en la mente de los principales interlocutores políticos, algo hoy complicado, muy complicado. Unos porque solo aspiran a la poltrona a cualquier precio y otros porque en lugar de hacer propuestas prefieren el acoso y derribo.

Autonomía e integración en lo territorial

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