EL PROBLEMA DE LA MAREA

No cabe duda de que el mayor defecto de esta formación política es su falta de información transparente, lo que motiva que viva en una permanente crisis institucional, sin visos de solución a corto-medio plazo, ya que está en una burbuja continuada y sin saber qué hacer o qué posición tomar para beneficio de la ciudadanía coruñesa. El mayor dislate lo constituye la falta de sintonía con el Partido Socialista, que además es su valedor al haberle otorgado la Alcaldía a las primeras de cambio, sin ninguna contraprestación o peaje alguno, es decir, como unos votos llovidos del cielo, sin más. 
La Marea debía estar sumamente agradecida, pero no es así y estas dos formaciones no se entienden en nada que pueda hacer funcionar al Ayuntamiento de un modo responsable. Cabe recordar que la suspensión de la aprobación de los presupuestos no es otra cosa que una serie de diferencias puestas de manifiesto tras la toma de posesión de la Alcaldía por parte de la Marea, un grave error a atribuir a la formación socialista, al brindar una alcaldía sin condición alguna a una formación que llegó como un huracán y que dista mucho del credo ideológico de sus mentores.
Lo único que se logró sacar adelante por unanimidad fue la aprobación sobre salarios y organización municipal, pero ese momento ya queda lejos. Tras aquel pleno del 20 de julio del 2015 parecía que todo iba a ir bien, pero fue solo un espejismo, un reflejo óptico de una falsa percepción. Todo lo que vino a continuación fue una cascada de dimes y diretes, que siguen a esta altura del mes de abril y lo que puede  quedar de desencuentros todavía. El pasado octubre todo hacía indicar que socialistas y mareantes estaban a punto de lograr un acuerdo sobre ordenanzas y tasas, pero al no haber entendimiento entre las partes, no llegó el acuerdo, luego vendrían las disculpas mutuas y ya no hubo más reuniones sobre el asunto.
En numerosas ocasiones los socialistas han reprochado a la Marea su falta de comunicación sobre las cuentas municipales, negándose a informar de los planes de empleo e inversiones. Lo curioso es que la Marea sostiene lo contrario y afea a los socialistas al no plantear estos propuesta alguna, cuando es la Marea la que las tiene que hacer, si gobierna. Mientras en este cruce de acusaciones, los socialistas le acusan de deslealtad por presentar el presupuesto o el plan de empleo a diversos colectivos, cuando todavía se estaba negociando sobre el documento que por el momento es de solo una parte. Luego vendría el baile de fechas sobre la aprobación del presupuesto municipal, así como el de los invitados, por una parte, los socialistas, por otra, los nacionalistas y finalmente, como no se entendía con ninguno de los dos, acabó echando mano de los populares, que también terminaron en la misma guisa que los anteriores. En definitiva, que la Marea no sabe lo que quiere y la información no le funciona.  

EL PROBLEMA DE LA MAREA

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