Los presupuestos de Ferreiro

La Marea ve la posibilidad de lanzar un órdago a la oposición y plantear una moción de confianza para aprobar los presupuestos, tal como los tiene ideados, sin admitir los cambios propuestos por dicha oposición, si estos no son de la bondad mareante. Pero puede salirle mal a Ferreiro, obligarle a abandonar la Alcaldía y de este modo pasar a ser oposición.
El raquítico planteamiento mareante de no hacer nada y dejar pasar el tiempo de forma inútil, por si las cosas van a mejor para sus intereses políticos, se va agotando a la misma velocidad que tarda en iluminar sus ideas, para luego retranquearlas y volver al mismo punto de partida, es decir, dejar de hacer algo, para no hacer nada y seguir en la misma posición de voy hacer que hago, pero no lo hago.
La Marea no puede pensar en voz alta que el PSOE no cumple los requisitos para entrar en el gobierno municipal. Es una falacia de mal gusto, porque el que no cumple esos requisitos es la propia Marea al no hacer nada de lo que la ciudad necesita y precisa; obras iniciadas y sin finalizar, otras que quedan pendientes para próximos ejercicios y así un sin fin interminable de asuntos que para los mareantes no tienen prisa, pero sí para la ciudad y sus moradores.
Por tanto, si Ferreiro juega la partida de la moción de confianza puede ahorrarle un gran trabajo al PSOE en presentarla, porque caería él solo en este peligroso juego y a una sola carta. Las cosas en el PSOE no son lo mismo ahora que cuando mandaba Sánchez. Este ha sido desahuciado y el PSOE está en plena restauración, pese a su pronunciada crisis, por lo que el apoyo ciego que recibió la Marea tiempo atrás no lo tendrá en el futuro y si Ferreiro quiere seguir en su puesto de la Alcaldía tendrá que bajarse los humos o puede verse fuera del lugar que ahora ocupa. Todo es cuestión de tiempo; al PSOE le es suficiente esperar que la fruta madure y esta caerá sola por su propio peso. El desgaste de la Marea es muy pronunciado, más de lo que piensa Ferreiro.
Si se aferra como un clavo a su despacho y amenaza con su moción para tratar de no perder la Alcaldía habrá cometido un error de bulto que tendrá sus consecuencias, aunque él piense que no sucederá nada. También será un error de planteamiento político, puesto que toda decisión tiene un costo que podrá comprobar si lo lleva a cabo y si no al tiempo. En política o se aprovechan los tiempos o se acaba por dejar el sillón de mando, al no haber llegado a la sociedad con lo prometido, ni con las expectativas de como se ha llegado. El costo será el de la siembra que se hizo. No hay más cera que la que arde, después la lumbre se apaga y reina la oscuridad.
Es lo que le pasa a la Marea, que todo lo ve muy negro y no acierta dónde está la luz que puede iluminar una propuesta. Ferreiro no puede estar siempre al borde del precipicio con sus órdagos, los socialistas están ahora en otra onda más constructiva y la Marea, que intentó polemizar, está viendo como se diluyen sus fuerzas. Los órdagos nunca salen bien para quien los lanza, porque acaba cayendo en su propia trampa.

Los presupuestos de Ferreiro

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