¡Por fin las llaves!

el representante del Ayuntamiento al fin se ha decidido a retirar las llaves de la parte que le corresponde del edificio de la extinta fábrica de Tabacos, tras diez meses de absurdas y dubitativas negociaciones. De modo que los encargados de llevar a cabo la operación de dicha recogida,se presentaron ante la Delegación de la Xunta en La Coruña y firmaron el acta del traspaso de aquella parte que le corresponde en el inmueble al municipio, sin tener idea de momento a la función a la que se le va a dedicar.
Para ello han tenido que pasar una decena de meses de negociaciones absurdas entre las administraciones, con reproches entre los implicados, pero, al fin, el Ayuntamiento se hizo cargo de las espinosas llaves de la discordia, haciéndose con el espacio reservado en la zona más cercana a la plaza pública, un lugar ideal para dedicarlo a Archivo Histórico Municipal, amplio, moderno y con las medidas de seguridad que requiere un recinto de estas características para conservar y guardar los documentos que actualmente se atesoran en el de Durán Loriga, un edificio con suelos de madera que data de 1925 y de fácil combustión, no siendo el más adecuado para albergar la ingente documentación histórica. Además propiciará un mejor ambiente de trabajo a los técnicos y a las personas que van a estudiar sus fondos o consultar documentos.
Será cuestión de tiempo que el Ayuntamiento ponga en conocimiento de la ciudadanía a qué quiere dedicar la nueva estancia, de tres mil metros cuadrados. Lo que esta claro es que no será en esta legislatura, ya que se precisa conocer el proyecto con su reforma y a qué se va a dedicar esa parte del inmueble de los antiguos Correos de Indias, más tarde fábrica de Tabacos y ahora sede judicial. La idea de tener un amplio y moderno archivo es una aspiración de las personas que se dedican a la investigación documental histórica, pero también de aquellos ciudadanos que acuden a realizar consultas sobre planos, obras y otras propias en general.
No vaya a ser que por cuestiones inimaginables ocurra en un momento dado lo peor y suceda lo acontecido en el museo de Río de Janeiro, que se quedaron sin él y lo peor, sin su contenido, toda su historia borrada en unos minutos por un devorador incendio. Ejemplos históricos hay muchos, pero el más importante fue la desaparición por la acción del fuego de la Biblioteca de Alejandría. No es que el Archivo Municipal sea lo mismo, pero contiene documentos únicos que se perderían para siempre. Por tanto, el Gobierno local actual o el que salga de las urnas en la próxima primavera debería tomar muy en serio dedicar este espacio a un bien cultural e histórico como es el Archivo Municipal, con todos sus documentos únicos e irrepetibles, para salvaguardar en las mejores condiciones la historia de nuestra ciudad.

¡Por fin las llaves!

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