Galicia pierde población

no es la primera vez que la noticia salta a la prensa; ya son muchos los avisos de que Galicia pierde cada vez más población y no hay atisbo de medida alguna que palie esta situación, que esta suponiendo una sangría poblacional al no haber masa humana que haga reactivarla económicamente y socialmente en el relevo generacional. Las luces de aviso de peligro están encendidas desde hace años, pero no se nota políticamente el resultado de afrontar este problema, que al paso del tiempo dejará a la región casi despoblada por no haber brazos útiles para relanzar su actividad.
No se trata de un único problema, es un cúmulo de circunstancias unidas entre sí, que forman la solución de su retorno a la senda del crecimiento de la población; faltan ayudas fiscales y efectivas a las familias jóvenes, un empleo digno y estable, una situación de mercado laboral concreto y con un contrato que permita ver en el horizonte la seguridad familiar, ayudas para la educación, colegios, manutención de los menores, guarderías, vivienda y sobre todo una ayuda a la mujer para que pueda atender a sus vástagos mientras estos son menores de edad y luego pueda retornar con seguridad al mercado de trabajo. Estas son algunas de las causas que llevan al descenso de población pues la mujer carece de perspectivas laborales. Así, cada vez tiene menos descendencia y casi ha d esperar al final de su ciclo natural para tener tan solo un hijo; e incluso para ello precisa la ayuda de sus padres, que estos cuiden del nieto recién nacido. Porque de otra manera es imposible.
Por otro lado, está que Galicia tampoco es un atractivo para la gente foránea; no hay capacidad de trabajo, la oferta es escasa y la poca que hay no es especializada, sino más bien del sector servicios, lo que coloca a la región en una situación preocupante. No solo la población no crece, sino que cada año se pierde una parte de la misma. A comienzos del presente ejercicio el total de habitantes era de 2.700.970, lo que refleja una pérdida 7.369 personas con relación al anterior. Si el ciclo no se recompone aplicando políticas sociales, laborales y económicas, la curva irá creciendo en los próximos años debido al aumento de las personas de mayor edad y la ausencia de los jóvenes en el tramo de entre los 20 y 40 años, que es la franja en que más se nota la ausencia de habitantes.
Las cuatro regiones más importantes que concentran prácticamente la mayor parte de la población española son, por este orden; Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia, que suman unos 27.510.000 habitantes, debido a su desarrollo económico y turístico, ya que cuentan tres de ellas con un tejido industrial del que carece Galicia. Puede tener esta otras facetas, pero aun siendo así, no llega a satisfacer la realidad de su crecimiento poblacional y su despueble es palpable año tras año, sin tomar medidas para revertir una situación, que, pese a todo, no se logrará en mucho tiempo. Pero a este paso quizás no se logre nunca, debido a que las políticas no son las adecuadas para revertir una peligrosa situación que acabará siendo irreversible de seguir en esta línea.

Galicia pierde población

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