Será por días

Resulta que hoy para comer hice paella, así a lo loco, sin ser el día conmemorativo de ésta ni nada. Bueno, ni siquiera sé si hay un día de la paella, la verdad siempre por delante. Hoy, veinte de Mayo es el día de las abejas. Me he enterado leyendo el periódico. El periodismo cada vez está más flojito, ¿eh? Pero sí es cierto que partiendo de esta fascinante noticia (ojos en blanco, clamorosos, mirando al cielo) me puse yo a investigar sobre el tema, porque días en un año hay muchos y ya me veía yo venir que ahí había filón. Les juro que me he reído lo más grande, porque hay cada uno que vaya por Dios...

Existen días muy loables y cuya causa a representar es del todo digna, como el día mundial contra el cáncer, el día internacional de las bibliotecas o el de la paz... Eso sí, habría que revisar otros, porque aunque el motivo sea justo y encomiable, el nombre es tan largo que excede a toda lógica. 

Por ejemplo, el veinticuatro de marzo, bien cerquita lo tenemos, será el día internacional del derecho a la verdad en relación con violaciones graves de los derechos humanos y de la dignidad de las víctimas. Pues bien, para cuando acabamos de decirlo es que ya es veinticinco. Un poquito de mesura, por favor.

Después nos encontramos el sector de los que son ridículos, por una u otra razón. A ver, ¿saben ustedes qué es el Nevroz? Si alguno ha respondido sí a esta pregunta, que por favor me escriba rápidamente, porque debe ser un ejemplar único en nuestra especie.

Para todos aquellos que como yo ni idea, les cuento: es el día inicial del año iraní, que además coincide normalmente con el equinoccio de primavera. Vale, muy bonita la fiesta, pero... ¿por qué tiene un día internacional?, ¿para tanto es la cosa? Yo creo que no. Cierto que esto lo instauró la ONU y como allí son muy de alianza de civilizaciones, pues claro, así nos va. 

Y finalmente están esos días que conmemoran cosas que yo no entiendo el porqué, pero que te sacan una sonrisa. Véase: el día del número pi, de la toalla, del yo-yo, del helado, de huevo... ¡Ay! Y uno que me ha matado: el día internacional de hablar como un pirata. Esto está muy guay, porque así cuando te cruzas con un colega por la calle, en vez del insulso “hola” de siempre, puedes gritarle: ¡Aaaaaah, del baaaaaarcooooooo! Y lo partes. 

También me parece relevante y no poco casual, que el cinco de Febrero sea el día de hombre del tiempo (por qué no, criaturitas, también tienen derecho) y que cinco días después sea el del paraguas... 

Eso sí, donde hemos patinado totalmente es en que el día mundial de las bicicletas, que ya sabemos que son para el verano, lo haya puesto dieciocho días antes de que comience la época estival. Mal gestionado, mal. 

Pero bueno, si me tengo que quedar con unos en particular, son el día de las croquetas y de la cerveza. Porque así puede una aprovechar la coyuntura y a modo de celebración, ponerse fina. Que si no, ya se sabe... pasó el día, pasó la romería.

Será por días

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