Hay un chino en la luna, que ha venido de Hong Kong

Como ustedes saben, hasta hace muy poco, lo que había en la Luna era un gallego y más concretamente, para orgullo nuestro, un gallego de Ferrol. ¿Y qué hay ahora? Pues chinos, señores, chinos. Con o sin cuentos, pero chinos. Yo debo decirles, que siempre he sido bastante escéptica con todo eso de la llegada del hombre a la Luna, porque los yanquis son muy fantoches y del puro orgullo que tienen son capaces de haber montado el circo ese. No me extraña que hayan acabado por extenderse rumores de que aquello no ocurrió porque la luz no podría hacer sombra y que la bandera no podría ondear. Dudas. Dudas comprensibles. 

El espíritu del 4 de julio puede llevar a hacer muchas locuras y contar muchas patrañas, esto es así. Pero no venía a hablar de esto, sino de la invasión china, porque ya les digo yo que esos sí han llegado. ¿Yo lo he visto? No. Pero me lo creo. Porque con ese afán de trabajar de sol a sol, y de luna a luna, con ese esfuerzo y tesón... se llega a cualquier sitio. Aunque sea un trabajo de chinos. En España, sin embargo, hacemos muchas huelgas, bajo condición de no dar palo al agua y bien de días, no sea que nos herniemos... Por eso si nosotros llegásemos al chiringuito de la playa sin jadear en exceso, bueno sería. Cada uno con su estilo, oigan. Y sacando pecho, ¿eh? Orgullo patrio, que total, tampoco vamos a renegar a estas alturas... 

Volviendo al conflicto chino, digo yo, que habrá que verle la parte positiva. Por ejemplo, nosotros no lo presenciaremos, pero es posible que de aquí a unos cuantos siglos acabemos teniendo que emigrar a otro planeta, la Luna por ejemplo, por ver de mantener viva la especie o por snobismo, que ya hay planes de montar allí resorts. ¿Y qué tiene que ver esto con los mandarines? Pues que nos van a facilitar muchísimo la existencia allí. Para cuando llegue el resto de la humanidad ellos ya nos tendrán montado un cadena 100 (molaría cadena yen, pero eso es japonés), una tienda de ropa con soporte online incluido a través de aliexpress y un par de restaurantes, porque en algún momento habrá que hacer por vida. 

Hablando de comer, ¿en la Luna cómo vamos a saber en qué estación estamos? Lo digo porque si no, los rollitos van a perder su nombre, con todo el sentido... En fin, que va a ser esto un lío. Como la alianza de civilizaciones que auguraba ZP en su día, pero en un medio sin gravedad. O con mucha gravedad, no sé qué decirles. Pero bueno, no se apuren por esto, porque nosotros lo veremos desde el más allá y partiéndonos de risa sobre una mullidita nube. Si es que siempre se puede ir a peor, no cabe duda...

Hay un chino en la luna, que ha venido de Hong Kong

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