Atrezzo navideño

Cuatro días llevamos de Diciembre. CUATRO DÍAS. Pero de escaparates navideños rebosantes de nieve artificial, renos, angelitos, papás noeles y abetos... ¡de eso llevamos ya tres semanas! Que cualquier año me toparé con tal estampa una tarde de Agosto mientras me como un polo de limón, oigan. Y no me parece normal... La peñita que monta los escaparates tiene un problema en la azotea o en la gestión del tiempo. Quizá patinen en ambas cosas, vaya usted a saber. Además, hasta hace nada ibas por la calle y todo eran esqueletos y arañas por halloween, ¿qué pasa?, ¿Tenemos escaparates temáticos o qué? Yo creo que podemos perfectamente mostrar sólo el producto en cuestión a ofertar y no montar un circo con cada fecha del calendario... Ya sé, y me repito en esto una vez más, que las grandes cadenas no ayudan en la tarea porque son unos exagerados y unas pobres víctimas de la publicidad y el consumismo y así le dan bombo a todo, pero es que a mi no me da la cabeza para atender a tanta oferta mas-iva (Ojo al hilado de palabras. Hoy estoy juguetona) 
¿Qué será lo siguiente? ¿Cruces en semana santa?, ¿flores en primavera?, ¿playas artificiales en verano? Un poquito de contención, por favor, por muy originales e imaginativos que sean. Además yo me quejo de todo esto, no por molestar, sino porque soy muy estricta con las fechas. Y quienes me conocen lo saben bien. Entre mis allegados no sorprende este toc mío porque lo llevan aguantando desde hace la tira... Les cuento: nunca, y repito, nunca, celebro mi cumpleaños antes de cumplirlo. ¿Por qué? Pues porque no entiendo qué hago soplando las velas de una edad que no tengo. ¿Y si me arrolla un coche en plena calle Magdalena y paso a mejor vida? Dios no lo quiera, ¿eh? Pero sería una tontería celebrar los 31 y que mi esquela pusiese que palmé a los 30. Repito, que esto no pase. Recen ustedes por mi y mi integridad física. Gracias. Pero volviendo al tema, decía, que como soy una pesada con ceñirme a rajatabla con las fechas, no entiendo como nos ponemos a vivir la navidad un mes antes de lo previsto. Yo entiendo que el comercio se encarga de que los regalos lleguen a tiempo a manos del destinatario en cuestión y por eso no les pido que adornen sus locales a 25 de Diciembre -fun, fun, fun- pero de ahí a lo que estamos presenciando... pues tampoco. 
Así que nada, después de retratarme al más puro estilo Grinch, espero que puedan comprenderme. Si yo he aceptado toda esta bacanal navideña rozando el magosto, ustedes también podrán quererme como soy. ¡Larga vida a la sobriedad escaparatil!
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