Por supuesto, los Presupuestos

Entramos en una semana que habremos de encarar con tres acontecimientos. Uno,: una Navidad para no olvidarla, me temo. Dos, que los Presupuestos ‘de la mayoría de la moción de censura’ enderezan su recta final. Y tres, que el próximo domingo se celebra el 42 aniversario de la Constitución en un ambiente que me atrevo a calificar de bastante poco ‘constitucional’. Claro que la Navidad va a ser también bastante poco ‘navideña’ y los Presupuestos son escasamente ‘presupuestarios’ en el sentido más literal del término. Todo está interrelacionado, desde luego.

Bueno, el caso es que, por supuesto, habrá Presupuestos. Los grandes números han pasado como inadvertidos; como si España no se estuviese jugando tanto dependiendo de las decisiones económicas que se adopten en las próximas semanas. Y puede que, en el fondo, sea más importante determinar quiénes finalmente van a apoyar los Presupuestos de Sánchez/Iglesias, es decir, la ‘mayoría Frankenstein’, que cuantificar unos gastos y unos ingresos que no estoy seguro de que vayan a corresponder, al fin y a la postre, con la realidad contable en el futuro inmediato.

Y claro está que esa ‘mayoría Frankenstein’, o de la moción de censura, también va a pesar en el aniversario de una Constitución que, si le digo la verdad, está hecha unos zorros. Desde luego, ni Esquerra ni Bildu estarán frente para festejar el nuevo cumpleaños de la ley de leyes. Y supongo que Unidas Podemos sí asistirá, pero con el alma republicana partida y algo confusa por las declaraciones tajantes de defensa de la Constitución que hizo el sábado, desde la sede de Ferraz, el presidente del Gobierno.

Van a ser, junto con el mensaje de Nochebuena del jefe del Estado, los dos acontecimientos visibles de este mes que clausurará el año más horrible de la vida del país y del mundo. Tengo para mí que el discurso de Felipe VI este 24-d no podrá ser el mismo, o casi, de otros años, porque este 2020 no ha sido, desde luego, lo mismo ni parecido. Entre otras cosas, porque probablemente el hombre que encarnó la Jefatura del Estado durante casi cuarenta años pasará la Navidad casi solo, en una especie de exilio que no es tal. ¿No habrá una palabra para el llamado ‘emérito’ en el mensaje de su hijo? Preparo estos días, por encargo de una publicación extranjera, un resumen de lo que han sido estos doce meses en España y constato, casi incrédulo, cuánto han cambiado cuántas cosas en cuán escaso tiempo. Y ya digo que no podemos culpar a la pandemia de todo lo que ha ocurrido: entramos en el año con vocación por lo visto revolucionaria, recalcando que se iban a hacer cosas que no se habían hecho en ochenta años, y salimos de él efectivamente revolucionados y algo revolcados. Y, por supuesto, con la Navidad, los Presupuestos y la fiesta constitucional más extraños de nuestras vidas. Feliz diciembre. 

Por supuesto, los Presupuestos

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