Rivera tiene la llave

o será fácil resolver el sudoku que han dejado las urnas autonómicas y municipales. Quién ha ganado, puede perder. El PSOE fue el partido que obtuvo más votos, pero con la excepción de Castilla-La Mancha y Extremadura o en los ayuntamientos de Vigo o Sevilla, donde consiguió la mayoría absoluta, el resto del mapa se asemeja a una de esas mesas de Estado Mayor llenas de banderitas de diferentes colores.

Aquí no hay guerra, pero sí vencedores que pueden resultar vencidos por obra de los pactos entre segundos y terceros actores. El PSOE ya pasó por ese calvario en Andalucía, donde conseguir la lista más votada no le ahorró a Susana Díaz el cáliz de la oposición. Algo similar ocurrió antaño en el Ayuntamiento de Madrid con Esperanza Aguirre. O en Santander, donde el PP vio cómo un pacto entre los socialistas y el Partido Regionalista convirtió a Revilla en presidente.

El cortejo ha empezado y hay tres o cuatro enclaves que pueden marcar la temperatura de las presiones que está recibiendo Rivera para que Ciudadanos actúe de comadrona haciendo suyo el método socrático de la mayéutica para alumbrar alcaldes o presidentes de comunidad allí dónde sus votos son decisivos. Sería el caso de Madrid (comunidad y ayuntamiento), las comunidades de Aragón, Murcia y La Rioja o en los consistorios de media docena de capitales de provincia. Según fuentes próximas a Rivera, están teniendo muchas presiones. Para aparentar un distanciamiento imposible, según anuncio de Arrimadas, Ciudadanos ha creado un “comité de pactos”. Un órgano que al colegiar las decisiones puede contribuir a rebajar esa tensión.

Pero cualquiera puede ver que de la misma manera que a Rivera y a los suyos muchos de sus electores no les perdonarían que después de todo lo que han dicho de Sánchez, al final, apoyará a Gabilondo para ser presidente de Madrid a cambio de que el PSOE votara a Villacís para ser alcaldesa, también hay otro sector de Ciudadanos que tomaría nota si, al final, fueran de la mano del PP y de Vox a la hora de resolver el sudoku. Solo a cambio de cuotas de poder, un poder real y visible, podría compensar a Ciudadanos el desgaste que aparejarían pactos con el PSOE en Castilla y León o La Rioja; o con el PP en Madrid y Murcia. Y aún así, tendría mucho que explicar. 

Rivera tiene la llave

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