¡Que viene el lobo!

Pedro Sánchez barrunta convocar elecciones el 14 de abril. Ha sido un globo sonda en el arranque de una semana en la que el presidente del Gobierno lleva al Congreso unos Presupuestos para los que no cuenta con apoyos para aprobarlos. Que vía Efe (agencia oficial), se filtre la noticia de un posible adelanto electoral parecería una broma de no ser la prueba de la desesperación con la que perciben la realidad política quienes han lanzado el globo sonda. Porque estamos ante una liebre que salta a la pista tras la multitudinaria manifestación que convocaron el domingo los dos principales partidos de la oposición, por cierto, reclamando elecciones y rechazando los tratos de Sánchez con los separatistas catalanes.

La paradoja del caso es que quien intenta hacer tratos con los independentistas sale trasquilado. En esa situación se encuentra el Gobierno tras haber tenido que recular en el asunto del “relator” que Carmen Calvo había pactado con Torra. Para el retablo de lo patético quedará la rueda de prensa en la que la vicepresidenta intentaba ponerse de acuerdo con la semántica para explicar qué es y en qué consiste la tarea de un relator, figura consagrada en el Derecho Internacional para actuar de mediador en causas relacionadas con actuaciones de la ONU. El revuelo que levantó semejante propuesta, y visto que Torra mantenía el reconocimiento del derecho de autodeterminación como una de sus condiciones para apoyar los Presupuestos, obligó a Moncloa a plegar velas.

El vídeo en el que Felipe González alertaba acerca de los riesgos que aparejan las pretensiones de los separatistas fue tachado por la capilla de asesores de Sánchez como un acto de deslealtad. Son los mismos que le habrían aconsejado poner en circulación el globo sonda del anticipo electoral como maniobra para presionar a ERC y al PdeCAT. El objetivo es que los separatistas apoyen los Presupuestos ante el temor de una posible victoria de “las tres derechas” en las legislativas. Es sabido que PP y Ciudadanos tienen dicho que de estar en su mano suspenderían la autonomía de Cataluña. Más allá de la cocina del CIS, el PSOE, tras la pérdida de Andalucía, se sabe bajo mínimos y, por lo tanto, en el peor momento para acudir a las urnas. El “ojo que viene el lobo”, es un mensaje destinado tanto a los separatistas como a los votantes de PSOE desencantados con Pedro Sánchez.

¡Que viene el lobo!

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