Predicar o dar trigo

Una cosa es predicar y otra dar trigo. Así se explica que el déficit comercial de EEUU haya batido el registro histórico pese a la guerra de los aranceles, o que tras haber ganado el plebiscito sobre el Brexit, sus promotores hayan desaparecido como los niños que rompen el cristal de un balonazo. 
En España, donde la berrea catastrofista torpedea los intentos de reflexionar con serenidad, nos hemos enterado que tras la masiva fuga de empresas, el paro en Cataluña bajó el doble que en Madrid, y que los alumnos de esta comunidad sumergida lingüísticamente, sacaron en la PAU de Lengua y Literatura Castellana mejor nota que los alumnos madrileños. La apoteosis vendrá si, a diferencia de los patriotas, los independentistas terminan votando la subida del salario mínimo para los españoles.
Ya sé que la realidad no debe estropear un buen titular, pero alguno se lo tendrá que comer con patatas.