Milongas ferrolanas

Mientras nuestra tasa de mortalidad duplique a la de natalidad, recuperar la población ferrolana de otros tiempos es una milonga. Se puede estabilizar el declive demográfico, pero este objetivo más modesto sólo puede lograrse con una legislación nacional que contemple medidas de conciliación familiar y subidas salariales.  

Ferrol fue construida en la periferia para cumplir una función militar que el paso del tiempo ha devaluado. Lo honesto sería decir a los ferrolanos que hay que aceptar esta realidad, y  planificar una ciudad para que poco más de 60.000 habitantes vivamos con comodidad, y con calidad de vida, porque ser menos no es ser peores. 

Por desgracia, nuestro relato histórico se aferra a un pasado distópico, y así las  cosas, es imposible abordar racionalmente un nuevo modelo de ciudad, así que seguiremos hablando de conspiraciones y repartiendo culpas a diestra y siniestra.