Un Concello es un Concello

No está de más recordar esta simpleza. La administración local tiene por ley la obligación de cumplir tareas tales como el saneamiento, abastecimiento de agua, recogida de basuras, urbanismo, tráfico, bibliotecas, instalaciones deportivas, y muchas otras debidamente detalladas. Sin embargo, la dinámica política empuja a los candidatos a incluir propuestas que escapan a las competencias locales. Es cierto que el primer edil puede y debe visitar un ministerio para pedir un tren mejorado hasta Coruña, o más carga de trabajo para Navantia, pero no tiene obligación de tener éxito en estas demandas para ser un buen alcalde. Desgraciadamente estamos atrapados en un bucle que mezcla los tres niveles de la administración, y cuando la responsabilidad se reparte la culpa se diluye para desgracia de los concellos, que  asumen los fracasos de otros por ser la administración más cercana al ciudadano.

Un Concello es un Concello

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