¿Indignados con los políticos?

n España, donde a diferencia de otras naciones no hay obligación de votar, la participación electoral rara vez baja del 65%, de lo que deduzco que los españoles sólo están indignados con los partidos políticos a los que nunca piensan votar. Otra cuestión es que por una pose estética, no sólo pregonemos a los cuatro vientos nuestro rechazo a una actividad imprescindible para convivir y prosperar, sino que además hagamos de la ignorancia una virtud que justifica nuestra tendencia al desbarre en las redes sociales y barras de los bares. 
Nadie presume de no saber conducir o cocinar, pero si nos jactamos de no querer saber nada del funcionamiento de las instituciones, y consideramos que la mejor tarjeta de presentación de un español decente es señalar que no vive de la política, como si eso fuera un delito, ahuyentaremos a los más capaces de la gestión y distribución de nuestros recursos.