Las corbetas, un dilema moral

Vender o no vender corbetas, ésa es la cuestión. La convicción ética para estar en paz con la conciencia, o la responsabilidad política para dar empleo; defender la venta o el embargo según uno viva en Cádiz & Ferrol o no, y en este último caso, dependiendo de si vendemos los barcos al Reino del Desierto, o a Venezuela.
Sin sentido de la responsabilidad el político se convierte en un diletante estéril, pero sin principios morales es un nihilista que cambia los deberes por las preferencias. El político vocacional necesita mezclar su ética y su responsabilidad con el cemento de la mesura, pero… ¿en qué proporciones? Este contrato-dilema debería servir para explorar los límites de nuestras convicciones y responsabilidades, pero es inabarcable para un país donde el matiz transmite duda, la duda se transmuta en cobardía, y donde todo tiene que ser blanco o negro para compartirlo o rechazarlo.

Las corbetas, un dilema moral

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