El viejo oeste americano

El señor Donald Trump, nos tiene ya acostumbrados a sus ataques de lucidez y sentido común. Son ya muchas las voces que reclaman un mayor control de armas en Estados Unidos, después de lo ocurrido en el instituto de Parkland. Ello ante la elevada frecuencia de tiroteos masivos en lugares públicos de los Estados Unidos. 
Ataques como el del miércoles en la escuela secundaria de Florida, que causó la muerte de 17 personas y heridas a otras 20, siguen causando estupor ante el nivel de violencia registrado y el fácil acceso a las armas de los asesinos. Claro que, según nos cuentan esta es otra cultura, muy diferente de la Europea. El uso de las armas no se puede impedir porque forma parte del ser intrínseco americano. Viene de la época del Oeste (es un país de cowboys, el viejo oeste americano); y a lo que se ve en ese viejo Oeste siguen. No nos extraña que alguien les haya dicho que cuando ellos llevaban una pluma en la cabeza nosotros ya la teníamos en el bolsillo. Mientras en lugares como Europa las armas se asocian con delincuencia o movimientos reaccionarios, en Estados Unidos son el símbolo de la libertad individual. 
Pues sí, según las estadísticas desde el año 2013 se han producido casi 300 tiroteos en Escuelas, y no se trataba de zonas peligrosas sino de lugares corrientes con centros educativos al uso. Sería impensable que en nuestro país o incluso en Europa cualquiera pudiese adquirir en un supermercado un arma al igual que si se tratara de alimentos o una película. EEUU es un país donde no puedes consumir o comprar tabaco, alcohol y pornografía a menos de que seas mayor de 18 años. Sin embargo, es completamente legal que a los 13 años se compren armas y salgan con ellas a la calle. Aunque hay países que limitan la edad a los 21 años, pero la facilidad en la adquisición de armas es la misma. Se sabe que nueve de cada diez ciudadanos americanos tiene un arma en casa, otra en el coche, o varias en cada sitio. Es lo habitual, al igual que enseñar a disparar a los hijos cuando cumplen una “cierta edad” que se fija como media en los ocho años. 
Y no es solo el acceso a las armas, sino el tipo de armas a las que se tiene acceso. En Estados Unidos se puede comprar un fusil de asalto con culatas de recambio. Arma imprescindible para que un tirador masivo consiga su objetivo: asesinar al mayor número de gente posible en el menor lapso de tiempo.
Pues sí, al igual que hiciera su antecesor Bush, que para evitar los incendios dijo que se deberían cortar los árboles, el Sr. Trump, este miércoles dio como solución a los tiroteos en institutos, proponiendo que algunos profesores o trabajadores de las escuelas del país puedan portar armas de manera oculta para responder rápidamente si se produce un tiroteo, además de aumentar la edad mínima para comprar legalmente un arma. Se trataría de profesores debidamente entrenados, “los mejores”, dice, a los que incluso se les podría abonar un plus. 
Es decir, que además de enseñar sus materias, se convertirían en expertos tiradores, por si a algún alumno se le cruza el cable y empieza a disparar a todo lo que se mueva. Aunque también planteó que podría enviarse a las escuelas a “profesionales, que podrían ser marines”, y que eso “podría resolver el problema”. “Si un potencial “enfermizo tirador” sabe que una escuela tiene un gran número de maestros (y otros) talentosos con armas que dispararán instantáneamente, el enfermo nunca atacará esa escuela”, escribió en Twitter. “Los cobardes no irán allí…, (y) problema resuelto”.
¿Qué se puede esperar de un presidente que dice que el cambio climático incluso es beneficioso?. ¡Sobran comentarios! Claro que en España tampoco estamos como para dar clase de Presidentes, aunque sea por otras razones. ¿Es posible que cuando se alcancen determinados cargos las neuronas dejen de funcionar coordinadas o quizá ya venían de serie pero no lo sabíamos?. 
 

El viejo oeste americano

Te puede interesar