Vini, vidi… fungio

Nuestra Diócesis queda de nuevo sin Obispo. Noticia que a pesar de ser esperada, es noticia. ¿Qué tendremos aquí que cada vez nos duran menos los Obispos?, es como si escapasen de nuestro precioso noroeste. Alguna razón habrá para que nadie quiera venir a esta nuestra Diócesis, salvo el novato que ve la oportunidad de ascender. A saber. Quizás el triste legado de 18 años del Obispo Gea (d.e.p), tiene mucha culpa del negro futuro diocesano.

Insisto, y los acontecimientos parecen darme la razón, que nuestra Diócesis, imagino que no en exclusiva, figura en un plan a medio plazo de reestructuración geográfica de la Iglesia Española que contempla disminuir el número de Diócesis, que a todas luces es excesivo e ilógico por la división administrativa española que aconseja un modelo diferente de distribución de diócesis. 

España tiene 50 provincias y 70 diócesis y con menos sacerdotes, menos fieles y menos recursos económicos que hace 25 años. Otro dato y que da que pensar es que hay Obispos que deberían haberse jubilado y siguen, que hay diócesis vacantes y hay obispos sin diócesis. Sí las cosas no van por donde imagino, pues peor porque entonces significa que dejan caer todo.

 Pero volviendo a nuestra Diócesis, reflexionemos ¿en qué ha mejorado en los últimos 20 años, y concretamente con el Obispo que se va? Para hacernos una idea ¿qué puede hacer un Obispo con el mismo plantel que ha colaborado con los dos últimos Prelados? Porque son los mismos, aunque más mayores; quizás es que no hay más. Y ¿en qué ha mejorado la Diócesis en estos 4 años? Salvo el lavado de cara a la imagen corporativa y la comunicación en Redes Sociales, en poco.

Los “logros” se limitan a cerrar cosas, hasta la librería. Pastoralmente muy poco o nada y pasar de todo lo que no fuesen las UPAs. De su discurso cuando llegó, nada y lo está repitiendo en el saludo a su nueva Diócesis, aunque ¿qué iba y que va a decir? Concluyo: ha hecho a lo que vino, reestructurar la Diócesis en Upas y cabrear al personal; además de dejarles un problema, al menos eso cuentan. Nada más. Pues eso: Vino, vio y… escapó.