La verdad os hará libres… y creíbles

La Iglesia Católica está dirigida por hombres y por tanto, las debilidades y bajezas humanas también están dentro de ella. Históricamente la Jerarquía siempre quiso dar imagen de pulcritud moral extrema y para ello no dudó en ocultar sistemáticamente cualquier escándalo económico, político o sexual que les afectase. Ejemplaridad jerárquico-moral que los de a pie sabíamos que no era tal, pero ocurre que la porquería acaba rebosando el bidón donde se recoge (por decirlo finamente) y todo acaba oliendo mal. Sexo, finanzas, intrigas, poder, mentiras, etc. la están llevando a su mayor descrédito, aunque, como dije en mi artículo anterior, no han de pagar justos por pecadores. Es urgente, justo, necesario y obligatorio limpiar la fosa séptica de la Iglesia y pedir perdón, con todas las consecuencias, restaurar el daño en lo posible y adquirir firme propósito de enmienda, porque la penitencia la estamos cumpliendo todos. Solo faltan los responsables directos.
En toda historia siempre hace falta un tonto útil y en esta, como saben, aparece el arzobispo Viganó pidiendo la dimisión, nunca antes había ocurrido, del Papa en un escrito en el que le acusa de tapar las barbaridades del cardenal McCarrik (tiene 88 años de edad, imagínense las que habrá hecho), amigo y hombre de confianza de Francisco, y que ha producido un enorme revuelo. No sé si las acusaciones son ciertas o si Viganó pretende servir a quienes quieren apartar al papa; pero lo que sí sé es que esta Iglesia Jerárquica está destrozada y pierde, día a día, el liderazgo moral afectando gravemente a las grandes obras como Cáritas, misiones etc. 
El papa Francisco tiene una gran responsabilidad y aún en el caso de que las acusaciones de Viganó tengan certezas, es el único capaz de hacer limpieza, porque no podemos esperar a un nuevo Papa y la convocatoria a los Presidentes de las Conferencias Episcopales, es el principio; pero si la mayoría son como Blázquez, estamos listos.
La Iglesia necesita volver a sus orígenes y empaparse de Cristianismo, que parece lo ha olvidado, al menos una parte muy importante de la Jerarquía.