Necesidad de claridad

Cada día me cuesta más trabajo tener una opinión clara sobre el Papa Francisco, y no soy al único que le pasa. A veces parece que tiene una personalidad bipolar; da unos bandazos que descoloca al personal. Dice que va a hacer y no hace; no dice y arma una polémica. 
Comprendo que es muy difícil gobernar cualquier organización, y de la Iglesia seguro que mucho más porque a ella se le exige que sus políticas y relaciones sean sinceras, aspecto que se le perdona al resto de diplomacias. Esta característica quizás haga que la historia califique a Bergoglio como sorprendente, apodo que, por lo visto hasta ahora, lo define perfectamente.
 En estos últimos días ha tenido dos reacciones opuestas, con el mismo fondo de paz, y que ambas ha liderado sin ambages. La positiva es el anuncio del excelente resultado de su visita al líder Gran Imán de Al-Azhar, Al TayaK. En un fin de semana, además de otros actos, han firmado un documento (los expertos lo califican de histórico) que recoge el compromiso de ambas religiones de obligarse moralmente a que la paz sea efectiva entre cristianos y musulmanes, comprometiéndose a evitar más guerras entre religiones. Un nuevo eslabón en el firme propósito del Papa Francisco en su política de acercamiento al resto de religiones. Felicitaciones a los servicios diplomáticos.
En negativo sorprende la actitud papal en el conflicto Venezolano. Está fuera de duda el sufrimiento y dificultades del pueblo venezolano, con un alto riesgo de guerra civil. En este asunto el Vaticano puede ser un gran mediador y seguro la mejor autoridad moral para ayudar a resolver la situación. Sin embargo se esconde. 
Difícil entender la manera de ser y de actuar de la Iglesia de Francisco; demasiado imprevisible y así es complicado dirigir, genera demasiadas dudas que se transmiten a toda la escala de mandos sirviéndoles de excusa para estar quietos y “velas vir”. La Iglesia necesita esforzarse en que se le entienda, porque así solo genera falta de confianza y alejamiento, sobre todo de los jóvenes. Como es el caso de pederastia en Cataluña y la débil reacción Obispal.
 

Necesidad de claridad

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