Conciencia, valentía y teología

La Iglesia Católica sigue viviendo tiempos muy convulsos, fruto de una crisis que viene desde mediados del siglo pasado y que no ha querido reconocer abiertamente. No ha sabido, o no han querido ciertos mandatarios, afrontar un debate que la realidad social, creyente y no creyente, cabezonamente reclama día a día. 
En los últimos doscientos años, la jerarquía católica ha estado más pendiente, que de otras, de dos asuntos: Las relaciones políticas como si de un estado al uso se tratase, y los jerarcas mantener el poder dentro de la organización, olvidándose, y obviando, de interpretar los signos que cada tiempos iba enviando (Evangelio de San Lucas) y se ha olvidado del origen y el por qué de la propia Iglesia que cuando nace proclama una buena nueva que lleva la contraria al inmovilismo religioso tradicional. 
Nuestra Iglesia, por tanto, sufre y escapa, enrocándose y levantando baluartes inútiles; está fracturada y hay quienes parecen querer profundizar en la herida interesadamente, multiplicando los problemas. Tanto que hasta ya cuesta mantener templos y patrimonio tangible y sobre todo espiritual. Y no me tilden, algunos se empeñan, de pesimista, que tal cantinela suena al mismo deterioro en el que insisten para demostrar lo indemostrable. Hay demasiados cardenales y obispos que aún les gusta la Capa Magna.
Y todo este machacar, y hasta ya casi pesadez, mío, ¿a qué viene? A lo que está pasando en el Sínodo de Obispos “Los Jóvenes, la Fe y el discernimiento” y, por otro lado, a las soluciones al grave asunto de la pederastia. En cuanto al Sínodo, debió de acabar ayer y cuando escribo estas líneas desconozco las conclusiones, pero por los comentarios y rumores filtrados (supongo que interesados) intuyo que a nadie van a gustar y nadie las tomará en serio. Ocurrirá con ellas lo mismo que con la Amoris Laetitia. 
Escribiendo esta reflexión me acuerdo de mis tiempos en el colegio y la Religión, en un debate que tuvimos sobre conciencia, moral y religión. Ojalá la conciencia esté en la Iglesia Católica por encima de otras razones y muestre la valentía que se le supone.

Conciencia, valentía y teología

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