Abogadas

tal vez la abogacía sea una de las profesiones donde la paridad, al menos numérica, se ha alcanzado con mayor rapidez. De manera general las mujeres son mas de la mitad de los abogados colegiados en España. En Galicia también. De los siete colegios existentes, en cuatro cuentan con más mujeres que hombres: A Coruña, Lugo, Pontevedra y Santiago de Compostela. Mientras que Ferrol, Ourense y Vigo son mayoritariamente masculinos.
Sin embargo esta situación contrasta con la realidad que encontramos en las altas esferas, ahí las juristas femeninas se convierten en rara avis. He aquí algunos datos que confirman esta evidente contradicción entre el número de “soldadas” y el de “oficiales”. La primera fiscal de España asume en 1973, cuando el mundo entero estaba sacudido por movimientos feministas de toda índole.Las mujeres tuvieron prohibido ser jueces hasta el año 1978, cuando Cristina Triguero tomó posesión como la primera jueza de España. Recuerdo bien las portadas de esa época, cuando la libertad femenina consistía en quien se quitaba más rápido el sujetador para la primera de Interviú.
La primera mujer socia de un despacho de abogados data de 1993, es decir ¡hace dos telediarios! Y ha habido que esperar a pasar al siglo XXI para encontrar a la primera mujer que presidió el Tribunal Constitucional, hasta el 2012 para ver a una Defensora del Pueblo, hasta el 2015 para la primera Fiscal General del Estado y –ya no le aburro más– hasta el 2016 para ver a una mujer presidir el Consejo General de la Abogacía Española. Remato mi retahíla con un último comentario: ninguna mujer ha presidido el Consejo de Estado.
Por ello decía al inicio que la paridad en la abogacía solo es de número. Poco a poco se han ido rompiendo barreras, es cierto, pero a cuenta gotas. Algo –o alguien– frena el ascenso femenino a las instancias de decisión. Lo he comprobado este fin de semana en el XXIX Congreso Estatal de Mujeres Abogadas. Un centenar de juristas reunidas en Compostela analizaron durante tres días la situación de la normativa en materias de tanta relevancia como la custodia compartida, el secuestro de menores, la maternidad subrogada, la brecha salarial o los nuevos modelos de familia. Un grupo de juristas venidas de toda España que reflexiona sobre los cambios sociales que se están produciendo y a los que la justicia debe dar una respuesta.
¿Acaso es una casualidad que sean estos temas los elegidos por las organizadoras del Congreso? Desde luego que no. Todos estos asuntos nos afectan a todos, pero de manera muy especial recaen en las mujeres. Nada de extrañar, pues, que sean mujeres las que intenten aportar las soluciones. Enhorabuena a todas ellas. Enhorabuena al grupo de mujeres abogadas de Executivas de Galicia que asumió la organización de este evento. Solo cabe esperar ahora que todas las instancias concernidas: parlamentos, gobiernos, poder judicial, escuchen a estas mujeres y tomen nota de sus recomendaciones, porque son ellas las que están dando la batalla día a día. Algo tendrán que decir, ¿no le parece?

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