QUO VADIS POPULARES

Decía Genovesi que hasta la supervivencia de una banda de ladrones necesita de una lealtad recíproca. Máxima que reflejaba “El Padrino” a la perfección, cuya banda sonora debiera encabezar los informativos de estos días en nuestro país, incluso los de los medios tan untados que hacen parodia en vez de periodismo. Porque la realidad ya superó con creces la ficción al poner las prácticas mafiosas en jaque a una España hastiada de sinvergüenzas dispuestos a cargarse todo, incluidas la bondad de la democracia y la honorabilidad de la política, contaminando las más altas instancias del Estado con sus basuras de casino siciliano, evasiones y fraudes fiscales y apego enfermizo a los billetes de 500 euros. Es insólito que el presidente de un país, casi quebrado para más datos, se permita desdeñar sus conversaciones con un delincuente cada día menos presunto al que le prometió lealtad a cambio de silencios. La trama que se está revelando es de tan extrema gravedad que no puede dejar a nadie indiferente. La compra de voluntades disfrazada en sobres y cajas de puros, las comisiones por adjudicaciones, la negación de la existencia de una Gürtel que ahora se admite, el falso rechazo a las malas prácticas de un tesorero cuya defensa sin embargo pagaba el mismo PP, las amenazas propias de camorristas y los sms podridos de un Rajoy mentiroso y cobarde hasta la saciedad relatan la decadencia de un país que no puede permitirse, ni un minuto más, parecer incapaz de rebelarse contra la corrupción que devora, cual buitre carroñero, las entrañas de una sociedad a la que aún encima le están obligando a pagar y repagar la crisis generada por la avaricia y podredumbre de esos mismos corruptos. Niego absolutamente “el todos son iguales” y por eso reivindico la reacción del conjunto de la sociedad. No sólo de los votantes de izquierda, que defendemos otro modelo socioeconómico, sino también de los honestos integrantes de las filas populares que detestan sentirse cómplices del decrépito espejo que ofrecen en la actualidad las siglas que votaron. Porque si media España permite la impunidad de la corrupción, nada habrá tenido sentido, nada podremos exigirnos y nada construiremos juntos. Es absolutamente imprescindible que todos castiguemos las vergüenzas de Rajoy el indolente.

QUO VADIS POPULARES

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