OTRA VEZ

Estoy pegado estos días otra vez al Tour. Las escapadas de uno, el agotamiento de otro, el Mont Ventoux, la épica, 240 kilómetros imposibles, nuestros héroes de plástico. Estoy agarrado al asfalto de una realidad que en los últimos años se nos antojó virtual porque al ganador lo han pillado meses o años más tarde y le han quitado la medalla y el dinero. Todo está en entredicho pero ahí estamos esperando que revienten o nos convertimos en detectives y comentamos “ese está dopado”. Quizás todos los héroes estuvieron dopados a lo largo de la historia. Miren los musicales y sus drogas y no por eso les quitamos sus discos del mercado. El Tour se cura diciendo “si te descubro te castigo”, luego hace documentales para demostrar que están por la limpieza corporal aunque no por la del negocio. Cantidad de yuppies que se acondicionan para aguantar su trabajo su estatus de vida, sus viajes como si de un afecto artificial se tratase. Bueno, sigo viendo el Tour pero me fijo más en los segundos por si acaso. Mientras dejo de creer en los héroes.

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