OTRA OPINIÓN

Hay que ver lo que da de sí la investigación de la financiación irregular del Partido Popular, a raíz de la cual salió el affaire Urdangarín.

Pues a pesar de la que hay liada en torno al asunto, hay quien opina que lo que es en sí la actividad mercantil desempeñada no sería reprobable.

A saber: ¿Ustedes se acuerdan de Dewi Sukarno, la viuda del que fuera presidente de Indonesia? La mujer había hecho de su presencia su negocio. Se la rifaban porque su simple aparición hacía crecer en popularidad y postineo cualquier emprendimiento, como se dice ahora.

Igualmente Isabel Preysler: vende imagen, la suya, conocedora de los enteros que sube el azulejo, almacén, café o concierto que se quiera promocionar utilizando su reclamo. ¿Contrato por obra o servicio determinado? ¿de mediación...? Alguna figura mercantil utilizarán estas celebrities que viven de su imagen y marca personal para facturar dentro de la legalidad.

Urdanga, que inicialmente de tonto tenía más bien poco, aprovecha el parentesco para hacer de ello también el objeto de su negocio.

La organización Nóos, de la que se desconoce fehacientemente su objeto social y podría no coincidir con el aireado por los medios de comunicación y tertuliarnos varios, va a garantizar que a todo evento que se le confíe asistirá lo más granado del deporte internacional, Nadal, Gassol..., y cuando se tercie, hasta el Rey, dando relumbrón al acto y al entorno territorial donde tenga lugar. Así lo entendió Jaume Matas quien reconoció a Jordi Évole (Salvados-TV6) que lo contrataría una y mil veces más, tratándose de asegurar una promoción internacional de eventos deportivos y su efecto colateral: aumento de turismo, que es el “polígono industrial” de Baleares.

¿Qué sería de Palma, si de hecho los primeros em-Palma-dos son los hosteleros cuando llega la familia Real, con todo lo que su presencia en la isla arrastra y el efecto “llamada” que genera? ¿Cuál fue sino en su día la razón de la cesión del Palacio de Marivent? Jaume Matas considera el dinero muy bien invertido en lo que representa sin más un contrato de intermediación.

Y el juez sabrá, no los tertulianos y demás fauna, si el objeto social de Nóos, Arizón, etc..., se ajusta a la actividad efectivamente desarrollada porque además (claro, “el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento”, advierte el Código Civil) bien podría suceder que quién “inicialmente de tonto tenía más bien poco”, resultase serlo y mucho, además de ingenuo y poco precavido, habiendo confiado sin reservas en quien no debió hacerlo porque blandir méritos profesionales pasmainocentes como el de ser profesor del ESADE no da en absoluto patente de corso y saber hacer...

O de no ser lo que Diego Torres resulta ser: un chorizo y desleal, que en clase sabrá largar mucha teoría pero en la práctica no supo ni se molestó en saber hacer las cosas “bien”. Siendo él en la sociedad la parte experta en la materia, su diligencia empresarial ha sido nula.

Por otra parte, sería prudente reconocer que cualquier empresa bien gestionada tiene sus fondos a buen recaudo; de otra forma le sería imposible seguir funcionado.

Las que no lo han estado ahí las vemos en la ruina, quebradas, fuera de toda competitividad por no poder soportar financiamientos al 12% cuando entidades de otros países prestan al 1 o 2%.

Cualquier persona física o jurídica, puede tener cuentas en Suiza o en Suecia; donde le parezca, ajena a vaivenes especulativos, expropiaciones o “bancosdespaña” permisivos con preferentes y subordinadas estafando a los humildes, con las entidades trufadas de enchufados que ahora hay que desenchufar y con consejos de administración configurados con políticos y sindicalistas sin conocimientos para ocupar la silla pero sin renunciar a cobrar por no tener NPI (ni p... idea), mientras se autorizaban contratos blindados a técnicos cualificados y directores generales que esquilmaron dichas entidades, robando a todo dios. ¿Es ahí donde Urdanga tenía que tener la pasta?

Iñaki Urdangarin parece un chivo expiatorio a manos de demagogos en un país de cínicos y elemento de distracción de los problemas que tiene España: la ley electoral, su bipartidismo pactado y todo lo que de ahí deriva.

 

OTRA OPINIÓN

Te puede interesar