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Los populares creen que nadie debe tomarse la justicia por su mano”, rezaban los titulares de prensa ahí atrás. Y “nadie”, habría que responder, cree que el PP y sus mandantes tampoco deben tomarse por su mano seguir jeringando al pueblo, yéndose de rositas, decidiendo que después de darnos confianza, anzuelo y sedal, llegó la hora de tirar de caña y cobrársenos como presa. ¿Actúan por simple juego premeditado de poderosos esnifados y aburridos o precisamente por estar de cocaína hasta las trancas a los amos del mundo, los Harvard’s vistos en el documental, no me cansaré de citarlo, INSIDE JOB, se les fue la codicia de las manos, agravando el problema la alegría, ignorancia y poca previsión de una mayoría inconsciente que consideró que esto ya era jauja de por vida, sin que nada ni nadie pudiese hacer peligrar tan frágil mecano? “¡Qué boa vidiña, si durase!”, dijo el cerdito al llegarle su San Martín.

Trasladándolo al hampa político, cooperador necesario en la consumación de la jugada, vemos en las declaraciones patrimoniales de nuestras señorías enxebres que no están exentas de imprudencia, pues algun@s, sin más ingresos que los públicos, se han metido a compras varias alcanzando sus hipotecas unos montantes que explican por sí solos la imperiosa necesidad de seguir haciendo de la política su profesión principal. ¿Debería de infundir confianza quien actúa con tan poca responsabilidad? Por culpa de quienes han gastado lo que no tenían, aquí estamos. Por otra parte, en el engañabobos ese no aparecen testaferros ni cuentas bancarias a nombre de hijos, padres o abuelos, propiedades fuera de España o barcos matriculados en Panamá, por ejemplo.

Ese registro es tan pueril como la auditoría encargada por el propio PP para limpiarse de Bárcenas ¡Va a morder el auditor la mano que le paga! Ja, ja, ja. ¿A quién quieren engañar? Siempre hay quien pica, es verdad; entristece la ingenuidad de la gente, rendida al primer charlatán que sabe hilar correctamente un discurso populista sin indagar nada más en su trayectoria personal; así nos va. Pero a lo que iba, ¡qué frase tan cínica la del principio! ¿Y qué es la quita impuesta a los estafados por las preferentes mientras a José Luis Méndez y al Gayoso solo les quitan las medallas de oro concedidas por corporaciones pelotas cuando en círculos empresariales ya se sabía de qué cojeaban (y así se lo hicieron saber al presidente autonómico de entonces)? ¿Cómo no responden de nada; no hay investigaciones de Hacienda ni levantamientos de velo (sociedades) para ellos? “Lo chorizado lo hicieron dentro de la más estricta legalidad”, dirán sus partidarios.

También dentro de la más estricta legalidad unos cuantos hoy ancianos, después de trabajar toda su vida, 40, 50 años, ahorrando, pasando una guerra, conociendo la cartilla de racionamiento, aprendiendo a hacérselo todo ellos mismos, pintar, carpintería, empapelar, electricista, coser, darle mil vueltas a los abrigos para aprovechar, del cuello al puño y viceversa, hicieron un capitalito con el que pudieron comprar piso, coche, dar estudios a los hijos y a duras penas ahorrar 100.000 euros para cubrir contingencias. Colocados a buen recaudo; tuvieron suerte de no ser engañados con las preferentes y suscribieron un simple depósito.

Los ahorros de toda una vida de sensatez y gasto calculado para que ahora penda sobre sus cabezas la directiva que prepara Bruselas para “tomarse por su mano” los ahorros de esta gente, para ROBAR el dinero a quien jamás compró lo que no podía pagar y así enjuagar el desa-guisado provocado por esos Hijos De La Gran Bretaña? ¿Y aún dicen que nadie puede tomarse la justicia por su mano? ¡Por qué no van a por los cuartos de los Botínes, ZP’s, tesoreros del PP, sindicalistas Lanzas, Griñanes y todos cuantos dicen que no se enteraban de nada como si la culpa in vigilando de las organizaciones no fuese exigible! ¿Esperando  que aparezca un juez con PVP o que se alargue el proceso y devenga el delito en prescrito? ¿Cuándo en un Parlamento se exigirá una reforma que haga imprescriptibles estos delitos? No interesa, claro; son ellos mismos quienes consolidan la situación a la que con su hacer nos abocan. Además de cornudos, apaleados y quieren que permanezcamos tranquilos y sonriamos.

 

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