MOURINHO –con “nh”, que en la fala de la otra orilla del Minho quiere decir persona asalvallada, por contraposición a Mouriño con “ñ”, que en la fala de un poco más arriba quiere decir persona cabal– está intranquilo por extraño que parezca, pues su estado natural es el cabreo, porque no acaba de recibir una oferta para la próxima temporada. Demonio del deportivismo desde que el día antes de la semifinal de la Champions entre el equipo coruñés y el Oporto dijo aquello de “os veo muy creciditos”, a lo mejor, aprovechando la remodelación técnica de Abegondo, se le podía hacer una oferta para que se encargase de los infantiles. Si Paco Zas sale también un pistolero de los banquillos, igual hasta acaba la temporada al frente del primer equipo... pero con el contrato que hubiese firmado como técnico de los niños. Presenta ese éxito en la justa de accionistas y sigue al frente del club muchos más años que Lendoiro. FOTO: josé mourinho, contrariado, como casi siempre | aec