“VOLVED A ESPAÑA...”

“Aquí nos tendréis siempre ayudando y estando al lado de los jóvenes para que podamos tener una juventud digna de este país, que vale la pena... Volved, os esperamos con los brazos abiertos”. Con estas palabras animaba el Rey a regresar a España a los 120 jóvenes becados por la Obra Social La Caixa para cursar estudios de posgrado en  universidades extranjeras.
Las palabras del Monarca suenan bien, pero la pregunta que seguro se hicieron los becarios fue “¿volver a dónde y a qué, Majestad?”. El objetivo del programa de becas es formar  profesionales para que regresen y sus conocimientos reviertan en la sociedad. Pero la mayoría de estos jóvenes, si vuelven, o aceptan trabajar en precario o están condenados al paro, lo que les obliga a emigrar allí donde les ofrezcan un trabajo que les permite emprender sus proyectos vitales.    
Da rabia decirlo, pero ahora mismo este país que dice el Rey “vale la pena” tiene cerradas todas las puertas para la juventud que “es el futuro” porque encierra en sí misma todas las posibilidades biológicas e intelectuales y en su seno se están forjando los gobernantes, los gerentes de empresas y los rectores del mañana.
Contaba el analista económico John Müller que un líder empresarial alemán se preguntaba si los empresarios españoles no deberían dar una oportunidad a los jóvenes, aunque eso les suponga menos beneficios. “A veces, hay circunstancias en la vida de un país en que hay que hacer estas cosas”, decía ese empresario, muy crítico con sus colegas españoles. La propia canciller Ángela Merkel, en una entrevista reciente, decía que “los ricos en los países afectados por la crisis podrían ser muy útiles si se comprometieran más. Es muy lamentable que parte de las élites económicas asuman tan poca responsabilidad por la deplorable situación actual”. A lo mejor estaba pensando en España.  
El mismo John Müller refiere que en una visita a Alemania escuchó a más gente hablando del paro juvenil español de lo que se oye en nuestro país. Es que no es fácil entender que con las cifras abrumadoras de jóvenes parados –el 53 por ciento entre los menores de 29 años– el Gobierno, las fuerzas políticas, los agentes sociales y la sociedad en su conjunto no dediquen más esfuerzos a resolver este problema que significa la pérdida de generaciones enteras de jóvenes. Seguramente la explicación está en que aquí vivimos muy ocupados con la corrupción. 

“VOLVED A ESPAÑA...”

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