Una vida y una muerte de excesos

Una vida y una muerte de excesos

una vida de excesos solo podía acabar con un último adiós desbordado. Con colas kilométricas en plena pandemia para despedir al único dios para muchos argentinos, llantos inconsolables y gritos de “Vamos Diego” ante un féretro con honores de Estado en la Casa Rosada. Y altercados, porque la polémica tampoco se pudo separar nunca del jugador, el ídolo y el hombre. Vistas desde la frialdad de estar a este lado del charco, las imágenes del velatorio resultan surrealistas. De otro mundo. Por algo le preguntaban al Barrilete Cósmico de qué planeta había venido. FOTO: una multitud espera para entrar en la capilla ardiente | efe

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