La versión vasca de la ley mordaza

CIEN mil bocas son muchas bocas; darles de comer exige traballar arreo y mantenerlas calladas ya no te cuento. Salvo que uno sea de Bilbao, que entonces todo lo puede. De hecho, el Gobierno vasco ha decidido prohibir a los 100.000 funcionarios que de él dependen que critique sus posturas políticas. El portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, anunció la imposición de la mordaza, bajo la amenaza de perder el puesto y se quedó tan pancho –o pantxo, que a saber cómo se escribe por allá–. Dentro dos días, se aplicará la ley del silencio a los jubilados para no perder la pensión, a los desempleados si quieren cobrar el paro... Euskadi se volverá silencioso.

La versión vasca de la ley mordaza

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