Las ventajas de ser un teleadicto selectivo

ANDREA Levy empezó siendo simplemente una integrante de la sección Clan TV del PP, la rapazada que consiguió que el canal de dibujos animados de TVE permaneciese sintonizado durante las 24 horas en la sede central del partido, y acabó siendo mucho más que eso. Se encumbró al título de musa del sector más pijo de los populares –e incluso del de otros partidos–, pero también demostró que era una mujer que pensaba por sí misma y al conocer la sentencia de la “Gurtel”, se desmarcó de la línea oficial y exigió que se pidiesen disculpas a los españoles. Pedro “La sonrisa” Sánchez también fue teleadicto. Durante el tiempo que transcurrió entre que lo defenestraron de la secretaría general del PSOE y recuncó dispuso de horas y horas para exponerse a los efectos de los rayos catódicos. Y el tipo le sacó partido –ya se verá si bueno o malo–, porque en los platós ha reclutado a un ministro, Máxim Huerta; al director de la Seguridad Nacional, Pedro Baños, y al secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. Menos mal que era selectivo en el consumo, porque si llega a estar enganchado a “Sálvame” igual ficha a Belén Esteban, quien ya se le ha ofrecido como ministra de Hacienda. Que aguante todo lo que pueda María Jesús Montero, por favor.

Las ventajas de ser un teleadicto selectivo

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