Trump es un salvaje, pero todavía piensa, con la entrepierna, eso sí, pero también de ahí salen las ideas de Nacho Vidal y el tío tiene su reputación. Pero el catalán es un profesional y el magnate –¡qué cuidado hay que tener para que no se bailen las letras y escribir mangante!–, es un amateur, de ahí quizá sus gatillazos cuando tiene que razonar. Así le ha ocurrido durante la recepción a los Tigres de Clemson, el equipo campeón de la Liga universitaria de fútbol americano. La falta de personal por el cierre de la Administración dejó a la Casa Blanca sin cocineros, así que el presidente optó por encargar mil hamburguesas y se lo explicó a los deportistas: “O pedía las hamburguesas o la primera dama hubiese tenido que preparar unas ensaladas”. Solo faltó decir: “Y como Melania no tiene ni idea de cocinar...”. No lo afirmó, pero no hizo falta; todo el mundo lo dio por hecho.