Unos salvajes que visitaron un zoo

CUANDO uno piensa en un chino un poco excitado de más, se lo imagina haciendo llaves de judo o lanzando patadas voladoras acompañadas de un grito parecido a un alalá, pero en versión oriental. No se le viene a la cabeza un tío tirando piedras. Esa imagen queda reservada para David cuando luchó contra Goliat. Sin embargo, hay chinos que se manejan de maravilla en el lanzamiento de ladrillos, sobre todo cuando acuden un zoo. De hecho, un canguro murió y otro resultó herido como consecuencia de los ladrillazos que les arrearon unos visitantes para despertarlos y verlos saltar. ¡Animalitos! Los chinos, eh, no los marsupiales. FOTO: un canguro, con su cría | aec