No podemos evitar hacernos trampas al solitario

No podemos evitar hacernos trampas al solitario

somos insensatos y egoístas –unos una cosa, otros, otra y algunos, el combo completo– pero hay que querernos así. Porque lo de cambiar no entra en el menú, que ya son muchos años como sociedad plagada de listos que todo lo saben y rebeldes sin causa. Hay que asumir que de esta no saldremos mejores; ya está, no hagamos más dramas. No nos da para más. Así que cuando el presidente de la Xunta anuncia las nuevas restricciones y pide que no traslademos las reuniones prohibidas en locales de hostelería o centros comerciales al interior de las casas ya sabe que no vamos a cumplir. Que eso que nos dice de que no nos hagamos trampas al solitario es, precisamente, lo que no podemos evitar. Porque somos insensatos y egoístas. Y muchas cosas más, ninguna buena para esto de intentar frenar la curva de contagios de coronavirus. Y ay del que quiera poner un poco de cordura. Se enfrenta al destierro del grupo de amigos y hasta al divorcio familiar. Todos a una. Qué lástima que sea para mal. FOTO: la hostelería deberá cerrar a las seis de la tarde | efe

No podemos evitar hacernos trampas al solitario

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