Otro palo carcelario a un Jordi

UNO de los Jordis, el apellidado Sánchez, el que encabezaba la Assemblea Nacional Catalana, nunca acabó de hacerse a la cárcel y eso que estaba en Soto del Real, ciudad de vacaciones. Ya llegó con reparos y pidió el cambio de celda porque los abrasaban con “Y viva España” y el himno de la Legión; después un gitano le mostraba el pene cada vez que se cruzaba con él. Posteriormente se quejó de que las noches son frías, porque la calefacción solo funcionaba en las zonas de las visitas de familiares y de abogados. Tuvieron que mandarle una mantita de casa antes de que se corriese por la prisión que pasaba frío, no fuera a ser que empezasen a aspirantes a darle calor. De regreso al penal del imperio tras las cortas vacaciones en Lledoners pidió permiso para celebrar mítines y se lo negaron; ahora le han rechazado también la solicitud de organizar un debate. ¡Qué cruz, santa mare de Deu! al pobre no le sale nada bien. Seguro que se hace un tatuaje carcelario y hasta se le infecta.

Otro palo carcelario a un Jordi

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