Otro topo para la portería del Madrid

 

IKER Casillas, aquel portero del Madrid del que se aseguraba que era un espía en el vestuario y después se descubrió que era un topo, porque con frecuencia ni veía los balones que iban hacia su portería, desarrolló una larga carrera vestido de blanco, pese a esos problemas oftalmológicos. Y debió de dejar una semillita en el Bernabéu, que ha crecido –¡Ramón, o Fertimón!– y despierta admiración, porque Courtois, uno de los candidatos a ocupar la meta merengue la próxima temporada, tiene también fama de garganta profunda. De eso lo acusa el exseleccionador belga Wilmots. Si se confirma la sospecha, se jubilará a las órdenes Florentino. 

 

Otro topo para la portería del Madrid

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