Otra lección de Boadella

EL presidente de Tabarnia, Albert Boadella, –¡qué gran discurso el suyo al tomar el poder!: “Soy un payaso, pero a su lado (el de los independentistas) soy un modesto aprendiz”–, demuestra en cada una de sus intervenciones su talla de estadista. Y no necesita pisar suelo catalán. No, no levita, ni da saltos de trapecio en trapecio como si fuese Pinito del Oro, simplemente se vale de un barco. Él mismo lo explicó con motivo de la festividad de Sant Jordi, que aprovechó para presentar su libro “¡Viva Tabarnia!”: “Me presentan como el traidor nacional de Cataluña, cosa que llevo con mucho orgullo, porque ser traidor nacional de esta Cataluña actual me encanta; así que no piso el suelo catalán para ningún acto público”. Olé, que diría un charnego o un tabarnés, que tampoco se diferencian tanto. Pero no solo demuestra su categoría de palabra, sino también de obra, ya que le dedicó un ejemplar de su libro al fugado Puigdemont, “para que conozca el desastre que ha provocado”. ¡Qué pena que las entendederas del expresident sean tan limitadas!

Otra lección de Boadella

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