Unos niños que jamás sabrán lo que realmente son

Si a las pérdidas económicas se las denomina crecimiento negativo y a la emigración por culpa del desempleo movilidad exterior, a la purga se le puede llamar feminización de las portavocías. Ese fue el término que utilizó Pablo, antes Pablo Manuel, “Viva la Gente” Iglesias cuando se limpió a todos los que le caían mal y ascendió a Irene Montero a voceira parlamentaria. Pero como a todo hay quien gane, la jefa de Podemos en Melilla, Gema Aguilar, ha ido un poco más lejos y quiere que a los menores africanos que llegan solos a su ciudad y a Ceuta se les denomine “migrantes precoces económicos”. Como los chavales no tenían suficientes problemas para entender el español, ahora se les añade hasta el de su propia condición jurídica. ¡Cuánto parvo hay por el mundo!, incluso en el norte de África.

Unos niños que jamás sabrán lo que realmente son

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