Un mensaje que ya casi nadie se cree

Ayer el Ministerio del Interior que dirige Grande-Marlaska decidió el traslado a una cárcel próxima al País Vasco de José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri, jefe de los comandos de ETA durante la década de los 90. Este criminal fue el responsable del asesinato con un tiro en la nuca del socialista Fernando Múgica delante de su hijo. Para él, es de suponer, no fue más que un paso más hacia esa Euskalerria que nunca existió fuera de la mente de los nacionalistas vascos. Al mismo tiempo, ERC y Bildu, junto con Podemos, se oponían en el Parlamento Europeo a una moción que pretende que se prohíban los homenajes a los etarras. El PSOE dirá que no se trata de contrapartida por el apoyo dado, pero la verdad es que ese mensaje ya casi nadie se lo cree.

Un mensaje que ya casi nadie se cree

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