La ley con la que descubrimos que no hay elección

La ley con la que descubrimos que no hay elección

Por un voto se ha aprobado la ley con la que nos confirman que, oh inocentes de nosotros, la libertad para elegir el tipo de colegio al que enviar a nuestros hijos no formaba parte del derecho a la educación. Ni de los privilegios como padres. El ataque a la escuela concertada ya es frontal y público. Basado en los mismos prejuicios –y las mismas mentiras– que repiten quinceañeros que van de transgresores y treintañeros que se creen luchadores contra ni siquiera saben qué sistema. Y mientras, quién sabe por qué, nadie es capaz de explicar que la pluralidad de oferta educativa impulsa la calidad, y no al contrario; que la concertada no es una carga –la pública es mucho más costosa para la Administración–; y que, pese a la errada creencia popular, los gobiernos locales y autonómicos la excluyen de sus recursos y actividades, en lo que al final parece un castigo para niños a los que tratan como si fueran ciudadanos de segunda. Es difícil de entender que el Gobierno de la integración y el respeto tenga tanto afán de control. FOTO: celaá aplaude en el congreso la aprobación de su ley | efe 

La ley con la que descubrimos que no hay elección

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