Un jarro de agua fría en Riazor

Al Deportivo y a los deportivistas los devolvieron a la realidad en el partido contra el Girona a base de golpes. Físicos y morales. De los primeros se encargó, entre otros, Stuani, al que parece que su condición de estrella de la categoría le salvó de la sanción. Lo del desánimo se lo deben al árbitro, que no solo perjudicó al equipo en jugadas que podrían ser decisivas, sino que trató a los jugadores con un nivel de respeto muy diferente del que exigía para sí. La expulsión con el partido terminado de un jugador por decirle –según recogió en el acta, no se sabe con cuánta veracidad– “hoy no te puedo felicitar porque lo has hecho mal” es de lo más surrealista que se recuerda. El resultado de todo esto es que en pleno subidón a los blanquiazules les han cortado el vuelo. Menos mal que hay un partido cada semana y en breve podrán volver a hablar de que se va a jugar la liguilla de ascenso.

Un jarro de agua fría en Riazor

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