Al fin aparece el gallego que no se sabe si sube o baja

LOS espanhois tienen la teima, manía le llaman en su habla, de repetir una y otra vez que nunca saben si el gallego con el que se cruzan en la escalera sube o baja. Si utilizasen el ascensor se ahorrarían el problema. Un galaico nunca tendría dudas, sabría de sobra si el paisano sube, baja o incluso si está parado en el rellano. Salvo, y eso hay que admitirlo, que fuese Xoán Hermida. Ni siquiera sus compañeros de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué, saben qué hace o qué quiere hacer. Según sus propias palabras, no asumirá el acta de diputado que podría dejar Paula “Carglass” Quinteiro, pero al mismo tiempo tampoco está dispuesto a renunciar a ella. O sea, sí, pero no y no, pero sí. Poco enxebre parece su forma de ver la vida.

Al fin aparece el gallego que no se sabe si sube o baja

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