El escaso amor de los alcaldes siameses a sus ciudades

Josep Borrell nunca tuvo fama de ser un tipo con buena estrella. De hecho, cuando ganó las primarias del PSOE, un histórico socialista sentenció: “No se para que celebramos primarias, siempre gana el que no queremos que gane”. Todo fue descubrirle un par de escándalos con Hacienda y asunto arreglado; tuvo que dimitir. La situación no es muy diferente en el caso de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué. Bueno, sí, es un poco distinta, pues ni han podido votar en las primarias, ni se sabe cuándo podrán hacerlo, si es que llegan a  hacerlo. Entre los más beligerantes con la interinidad del partido instrumental están los alcaldes siameses: el de A Coruña, Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira; el de Santiago, Martiño “2.0” Noriega, y el de Ferrol, Jorge “El autócrata” Suárez. No pasa un día sin que opinen y siempre, por supuesto, para mallar en el exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares. Si dedicasen la décima parte de ese tiempo a la gestión de sus ciudades, las tres serían una urbes modélicas.

El escaso amor de los alcaldes siameses a sus ciudades

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