El enfado ya es general

PÍO Cabanillas es a la política lo que Di Stéfano al fútbol; a ambos se les atribuye la paternidad de tantas sentencias célebres que si las hubiesen pronunciado todas, no habrían estado callados ni un minuto en su vida. También es cierto que hay frases sin padre conocido que bien podría haber engendrado el exministro de UCD. Por ejemplo, “pon un médico como cabeza de lista en un pueblo y ganarás elecciones”. La Marea del Sar se aplicó el cuento y situó como candidato en las municipales a Martiño “2.0” Noriega. Casi habría que decir que él mismo se autoimpuso, pero el resultado es idéntico: al lado del título de licenciado en Medicina luce el de alcalde de Santiago, lo que no significa, sin embargo, que gobierne la ciudad. Al revés, Compostela lleva sumida en el desgobieno desde junio de 2015. Y la cosa va a más. La Policía Local y representantes de los funcionarios municipales se concentraron ante la casa do concello para protestar contra la falta de solución a sus problemas y seguirán haciéndolo todas las semanas. Como si a Martiño le importase algo.

El enfado ya es general

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