Conspiraciones y patinazos que animan el sorteo

El del Sorteo Extraordinario de Lotería Nacional del 22 de diciembre es uno de los días de más contrastes de año. Alegría desbordante, decepción máxima y, entre medias, desconcierto que suele terminar en desilusión. Que se lo digan a la reportera de Televisión Española que abrió su conexión anunciando que hoy no tenía intención de coger el micro –”Que mañana no voy”, le decía a sus compañeros mirando a cámara– y acabó reculando al darse cuenta de que lo que le había tocado era un pellizco que no le daba para retirarse, precisamente. Muchos de los que siguieron el sorteo ya no llegaron a ver los reportajes de los ganadores, encendidos como estaban con su mala fortuna. Este año, al menos, podían liberar su rabia denunciando un “tongo” que tomó tales dimensiones que obligó a Loterías y Apuestas del Estado a emitir un comunicado explicando que la misteriosa maniobra de un trabajador que metía la mano en el bombo no era más que la introducción de una bola que se había caído. A falta de millones, entretenimiento.

Conspiraciones y patinazos que animan el sorteo

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