Cheira a destitución del técnico

EL exjuez y virtuoso de la gaita y la zanfoña Luís Villares no tiene mucha pinta de futbolero. Igual se transforma en un hooligan enloquecido en cuanto ve rodar un balón, pero parece más dado a las actividades intelectuales que a las físicas. Si efectivamente no sabe nada del mundo de las zancadillas, los cabezazos y las tarjetas rojas, haría bien en hablar con su antiguo mentor, Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, para que le traduzca a un lenguaje para él inteligible la última declaración de Tone Gómez-Reino, el vicario de Pablo Iglesias na terra, quien elogió la labor parlamentaria del voceiro de En Marea, originariamente un espacio multicultural hispano-galaico y ahora sabe Dios qué. El alcalde coruñés, fijo en Riazor desde hace un feixe de temporadas, sabe que cuando un presidente sale a ratificar al entrenador que está en entredicho significa que al técnico le queda como mucho una jornada más en el banquillo. Pues eso.

Cheira a destitución del técnico

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