La calavera de un tolo muy tolo

La calavera de  un tolo muy tolo

LOS hay que están muy mal de la cabeza.  Si el desarreglo viene de fábrica, hay poco que hacer. Lo malo es cuando alguien tolea por las buenas. De Eric Yeiner Hincapié Ramírez no se sabe si el defecto es congénito o sobrevenido, pero el coco no le funciona bien. Era –es– tatuador, una profesión que no indica que esté pallá, todo lo contrario que su cambio de look, que sí prueba que está loco perdido: se cortó la nariz y las orejas y se tatuó la cara para parecerse lo más posible a una calavera. Se define como una persona normal que tiene un aspecto diferente a los demás. Diferente, un montón; pero persona normal... FOTO: eric yeiner hincapié ramírez | twitter

La calavera de un tolo muy tolo

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